7.12.06

Las peripecias de Santa...


Ahhhh!, que tiempos aquellos....

Aqui pienso relatar algunos sucesos que me pasaron, en mi personalidad secreta (ja!) de Santa.

A ver de cuanto me acuerdo, ya que mi mente no es la de hace 600 años...

1.- Muchas veces me ponía de acuerdo con un amigo, que tiene una tienda de fotos, ahi en Puerto Píritu, donde vivi, durante unos años. La situación económica estaba tan mala, que me redondeaba sacandome fotos, en mi traje de Santa, con cuanto bicho de uña, se apareciera por la puerta de la tienda. Un caso que recuerdo, fué cuando una señora, muy agitada ella, me sento su bebé, que apenas levantaba su cabezita, sobre una de mis rodillas, con el fin de que mi amigo nos tomara la foto. El amigo no paraba de reir, y yo no sabia porque...hasta que sentí un tufillo inconfundible: resulta que la pobre criatura estaba hecha...pupú, tenia su pañal sucio, con lo cual ensució mi pantalón. Me puse rojo (en combinación con mi traje) de la ira, pero... negocio es negocio. Asi que, haciendo de tripas , corazón, puse mi mejor sonriza, y salió la foto. Ese dinero si que fué ganado con sudor.

2.- En la misma tienda, se presentaron 5 o 6 (no recuerdo, porque quedé mareado después) hindúes, que no hablaban ni papa de español. Estaban emocionados y, aunque normalmente las fotos son para niños, ellos quisieron tomarsela, y yo , pues ni corto ni perezoso, me senté en mi trono, a esperarlos. Cual es mi sorpresa, cuando siento un olor penetrante (siempre me j... por la nariz). Resulta que esos señores parece que en su vida no se habían bañado. Para hacer el cuento corto, la foto salió, cobramos...y directo a bañarme y lavar mi traje con lejia, cloro y perfume.

3.- Sigo con los cuentos, en la tienda de fotos. En una oportunidad, estando yo parado en la puerta, dandole a mi campana, se presenta una señora, a la cual mi amigo el fotógrafo le insiste que ponga a su hijo a sacarse una foto con Santa. Ella me examina de arriba a abajo, y llega a la conclusión, que mi barba es falsa. Asi me lo indica, a lo que yo le contesto que no, que es verdadera, que solamente, está pintada de blanca (en aquellos tiempos, aún no era tan blanca como hoy en día). Pues la susodicha, en plan guerrero, se plantó delante de mi, tomó un extremo de mi barba, y le dió un jalón, que aun hoy en dia, tantos años despues, mi cara lo recuerda. La señora, pidió excusas, pero yo lo único que atiné a decir , en medio de mi dolor, es: "Que le parece si yo pensara que sus senos son falsos y les doy un jalón a ver..."

4.- Estando también, parado en el frente de la tienda, se detiene un auto, con dos chicos y dos chicas, todos en trajes de baño (Puerto Píritu es un sitio de playa). Las chicas tenian su bañador abajo y una franelita pegadita arriba. Insistieron tanto en tomarse una foto ahi mismo, que accedi. Se bajaron las chicas del auto, se pusieron, una a cada lado de mi, y uno de los chicos se prepara con la camara. En lo que dice "Ya!", las chicas se levantan la franelita, y .... no tenian prenda alguna abajo. Yo quede tieso y como atragantado, viendo al frente bobamente. Los chicos se montaron en su auto, y se fueron. Como 10 minutos despues, fue que me vino el color a mi cara. Ufffff.

5.- También me "alquilaban" para fiestas. Una vez , en una piñata, me tocó amenizar la paliza y caida de la misma. Pero lo peor fué cuando me contrataron, para una fiesta de cumpleaños, en pleno Diciembre. Me cruce de brazos, nos montamos mi esposa y yo en el auto, y nos fuimos a la fiesta. Resulta que toda esa rutina de Santa que habla con los niños, placidamente sentado en una silla, dando regalos, etc., no convencía a la dueña de casa. Asi que me puso de animador de la fiesta infantil. Pues me puse a inventar, que más me quedaba. Muchos bailes de esos que van quitando la silla en cada vuelta, y hasta la "boooooommmmba" tuve que bailar. Cuando se acabó la hora pautada, sali corriendo de ahi, casi sin despedirme. Pufff. Solo inmaginen la escena.

6.- Asi como hay cuentos graciosos, los hay feos. Una asociación de vecinos, de un sitio muy humilde, me contrata para repartir regalos a niños de bajos recursos. Todo bien , hice mi actuada aparición, pero cual es mi sorpresa, cuando la presidenta de la asociación, me indica que no hay regalos para todos los niños, que eran como 100, sino unos poquitos, que fué lo que pudieron reunir. "Que hago?", pensé. Se me ocurrió hacer rifas. Ponía a los niños en filas, en orden de edad (costumbre computista), les preguntaba por un animal, o un color, y al que acertaba le daba un regalo. Todo bien, hasta que se acabaron los regalos. En ese momento, la cosa se puso tensa, los niños empezaron a señalarme con sus deditos inocentes, diciendo que era un Santa malo, que si pichirre, y se acercaban en masa, hacia mi, queriendo tocarme o quien sabe que mas. Lo peor, era que sus madres , se agregaron al corro, que fué haciendose peligroso, hasta que corri por mi vida, escondiendome en una casucha, que estaba en medio del parque, hasta que se calmó todo, y ya no oi ningun grito infantil. Ufff, que susto!

7.- Cuando un famoso pelotero quedó mal en un final de beisbol infantil, en el pueblo donde vivía, me contrataron para que entregara regalos a los ganadores de la contienda. Pero aquello se volvió un desastre cuando me vieron entrar. Todos querian verme, hablarme, tocarme. A uno de los organizadores, se le ocurrió la idea, de que todos los niños me escribieran , alli mismo, una carta con sus peticiones. Una que tengo guardada de aquella vez, que inició mi colección de "cartas a Santa", empezaba asi: "Querido niño Jesus", esa frase estaba tachada, y seguia asi, "Querido Santa". Simpático, no?

8.- En ese mismo evento, un niño escribió algo asi como. "Querido Santa, no quiero nada para mi, sino para mi hermanita, que no tiene ningún juguete", y acto seguido, estaba la lista de regalos para su hermanita. Traga uno duro, cuando lee eso, no?

9.- Ya no me meto en esos trotes, en parte por la edad, y en parte por estar un poco mejor, económicamente. Asi que ahora, solo hago actos de caridad. Un año estuve en el pabellón pediátrico de un hospital, con los enfermitos desahuciados y demás. Otro año estuve en un colegio de sordo-mudos de baja condición económica. No se inmaginan lo que significa para esos niños, que apenas dicen algún balbuceo, que se presente un Santa de verdad. La cara se les ilumina, y lo unico que hacian era tocarme, no sé si para ver si soy de verdad, o como única forma de comunicarse. Lo peor fué ver a una niña, como de 12, en silla de ruedas, maltrecha, sorda, muda, como que la vida hubiera pasado lejos de ella, alegrarse, emocionarse tanto que no podia ni moverse. Peor por que?, no se inmaginan lo fuerte que es, tener que reirme , en mi clásico "jo jo jooo", viendo ese ser inocente y maltrecho. Aún lo recuerdo, y las lágrimas vienen a mis ojos.



Otro día les cuento más, si me acuerdo.

Saludos Santosos

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Y de la foto de las tetas ¿no pudiste pedir una copia? :D

Excelente la crónica, deberías animarte y pulirla.

Saludos

Susana Sussmann dijo...

¿Pulirla?

Si más bien algunas anécdotas sirven de input para escribir un buen cuento...

Dale, Viajero, para el taller, anda.

Anónimo dijo...

Exacto, que finalmente los cuentos no son más que "interpretaciones" de la cotidianidad (hasta los fantásticos), suerte los que tienen una cotidianidad interesante que contar :)

Jorge De Abreu dijo...

Están lindas las anécdotas.

Otra cosa: ¿No podías dormir?

[Viajero] Milan Banjanin dijo...

Gracias amigos, por los comentarios. Saben que tengo mi vena literaria, lo que no me sale es el tiempo y la inspiración. Pero , a lo mejor , cuando me retire (juaaaaaaaaajajajajaja!).

Saludos Puntillosos

Anónimo dijo...

Vos sí que no habrás tenido tiempo para aburrirte con semejantes anécdotas como Santa :)

[Viajero] Milan Banjanin dijo...

Pues no, aunque lo que no cuento, son las horas pesadas, parado delante de un sitio, vestido hasta los dientes, pasando calor, esperando algún cliente...

Pero todo es experiencia.

Saludos Filosóficos