22.12.05

S´nta del planeta K´laus

Mejor escribo esta carta rapidito, antes que…
Pero no me adelanto, echo el cuento desde el principio…del principio que me acuerdo.

Si detectan alguna dificultad en la redacción de este relato, es porque ya siento que comienza la transformación metabólica.

Durante el transcurso del año, todo esta bien, sigo mi vida normal: trabajo en mis programas, escribo en las listas de correo, comparto con mi familia, etc. Pero, justo en los últimos días de cada año, sufro un procedimiento cucaracheico parecido al del famoso relato de Kafka.

Mi metabolismo cambia a tal punto que no puedo consumir alimentos de cualquier tipo, sino solo lácteos y harinosos. Me cambia la textura de la piel, blanqueándose al extremo. El color de mi pelo palidece, junto con el de mi barba, la cual crece como 20 centímetros, y se hace mas tupida. Mis ojos no son muy buenos, pero en estas fechas, me pongo mas cegatón, al punto de tener que ponerme unos lentes temporales, de esos que parecen, a los que usaba mi abuelito. Mi forma corporal cambia también, aumentando mi estomago, aunque no mi peso. Algo extraño realmente.

Todo empezó hace muchísimos años, mas atrás de lo que puedo calcular. Un buen día, de esos en que estaba observando las estrellas, pues en ese tiempo ya tenía el hobbie de ver el firmamento, vi caer una estrella fugaz, y de pronto sentí como si algo, como un “ente”, se apoderaba de mi mente, al mas puro estilo vulcano. Lo unico que atiné a preguntar, es “Quien eres?”, y de inmediato sentí su respuesta: “S´nta, del planeta K´laus”. Se asimiló a mi, en forma callada, de tal manera que no lo puedo diferenciar. Solo en estas fechas, empiezo a sentirlo, como despertándose de su sueño anual, y por eso, aun soy dueño de mis movimientos.

Ya no puedo seguir escribiendo, mis manos se vuelven torpes, ya empiezo a delirar… mi misión anual ha comenzado…debo hacerlo todo en una noche…

Veo el calendario, 24 de Diciembre. No hay remedio, el simbionte se apodera de mi, me hace vestirme con un traje roji-blanco. Me pongo mis botas, me calzo el sombrero puntiagudo, y salgo a la intemperie… Recito una letanía, que es la que me mantendrá despierto, la noche mas larga del año, una noche en la que visito a todos los niños del planeta: “JO JO JOOOOO, FELIZ NAVIDAAAAAAD!!!”

…Es el deseo de [Viajero] Milan Banjanin y su familia, que pasen una Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo.

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